Viruela del mono: ¿se está repitiendo la historia?

Cualquier persona puede contraer la viruela del mono, pero el brote actual del virus en el Reino Unido y los EE. UU. afecta principalmente a hombres homosexuales, bisexuales y a los que tienen relaciones sexuales con otros hombres. «Me he vuelto muy bueno para la compartimentación, ya que era parte de mi mecanismo de supervivencia», dice Ron Goldberg, cuyo libro Boy With The Bullhorn: A Memoir And History Of Act Up New York describe el tiempo que pasó en el grupo activista contra el sida Act Up entre 1987 y mediados de los años 90. «Pero ahora que la viruela del mono está afectando a la comunidad gay… ¿los gays van a volver a ser denigrados?». 

Dado que la viruela del mono —declarada una emergencia de salud global por la Organización Mundial de la Salud— llegó durante otra pandemia, uno podría haber esperado una respuesta de preparación adecuada por parte del gobierno y las organizaciones de salud. Pero, además de que el gobierno de EE. UU. tardó en reconocer el brote, el despliegue de vacunas a nivel mundial, hasta el día de hoy, ha sido desastroso, con miles de dosis perdidas, almacenadas y enviadas de manera inapropiada, y citas limitadas arrebatadas en segundos. 

«La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido no se comunicó bien con los líderes comunitarios», agrega Greg Owen, activista y cofundador de I Want PrEP Now, una organización que aboga por que las personas tengan una píldora que las proteja del VIH. «Somos la primera línea de defensa y contacto para la comunidad en general, por lo que, cuando no escuchamos nada excepto mensajes muy estériles, asumimos lo peor».

«Parece que nos rehusáramos deliberadamente a aprender de las cosas que acaban de suceder», dice Caleb LoSchiavo, investigador de salud pública y candidato a doctorado en la Escuela de Salud Pública de Rutgers.

La respuesta mundial ha dado lugar a comparaciones entre el brote de viruela del mono y la crisis del VIH/sida, que al principio también fue recibida con silencio por parte de los organismos médicos y los gobiernos. Según Owen, el mensaje sobre la viruela del mono ha sido similarmente confuso: «Esta no es una enfermedad gay, pero al mismo tiempo, debes enfocarte en las personas que están siendo afectadas».

«Hay que preguntarse por qué la respuesta al COVID fue tan rápida y cómo llegamos a la vacunación masiva en el transcurso de un año», agrega. «Si la viruela del mono fuera una enfermedad que afectara de manera desproporcionada a los hombres cisgénero, heterosexuales y blancos de clase media, no estaríamos teniendo esta conversación».

Quizás lo más irritante de todo es que, al cierre de esta edición, la OMS informó que no se han proporcionado vacunas a los países de África, el único continente en el que la viruela del mono es endémica. «Eso es racismo», afirma LoSchiavo. «La urgencia en torno a la viruela del mono [debería] traducirse en una mayor disponibilidad de atención en estas zonas, pero no creo que eso suceda».

Para Goldberg, la viruela del mono ilustra las desigualdades de salud que existen en las comunidades LGBTQIA+ a nivel mundial. «En Nueva York, han estado tratando de llevar las vacunas a los barrios habitados por personas de color porque esas comunidades no siempre tienen el mismo acceso a la atención médica», sostiene. «Pero, ¿quién asiste a esas citas de vacunas? Hombres blancos que pueden ausentarse del trabajo para poder ir a la cita». 

Habiendo pasado por esto antes, las personas LGBTQIA+ no permitirán que se repita la marginación que enfrentó la comunidad durante el punto álgido de la crisis del sida. Act Up NY ha salido a las calles para exigir mejores servicios de atención médica y fondos de seguridad de emergencia para aquellos que dan positivo, mientras que otros miembros de la comunidad han inundado las redes sociales con información actualizada sobre citas para vacunas. «Eso es increíble», dice Goldberg, «pero, ¿el hecho de que aún tengamos que hacerlo? Desearía que fuera de otra manera».

Alim Kheraj es escritor independiente y presentador del pódcast Queer Spaces. Su primer libro —Queer London— es una guía completa para la comunidad LGBTQIA+ de Londres.