«Se sentía como una fiebre»: el autor Max Porter habla sobre la creación de su nueva novela «Shy»

En el verano de 2021, el autor Max Porter tuvo un sueño en el que un niño caminaba por los bosques que rodean su ciudad natal de Bath en Inglaterra. «La membrana que separaba al niño del bosque era delgada y parecía como si estuviera fallando», recuerda, sentado en una compuerta junto al Canal del Kennet y del Avon, señalando hacia el bosque, aparentemente embrujado, donde imaginó al niño. Porter había pasado el año anterior trabajando en proyectos no relacionados con la literatura (incluida una película sobre una instalación de arte con el actor Cillian Murphy y escribiendo letras de música con Bonnie «Prince» Billy). Esperar la publicación de su próxima novela «empezaba a sentirse como una fiebre», dice. De repente, un día se despertó y estaba allí: su futuro protagonista emocionalmente atormentado apareció «en [mí] como un poltergeist». Shy es el libro que surgió de ese momento, cuyo primer borrador fue escrito en solo tres semanas.

No suele pasar así. Según Porter, era «la primera vez que no hacía dibujos ni investigaba», pero el escritor se ha acostumbrado a lo inesperado. Su obra debut de 2015 Grief Is The Thing With Feathers —sobre un padre y sus dos hijos que lloran la pérdida de su matriarca, en compañía de un cuervo cacofónico— fue comprada por su editor estadounidense por 1000 libras esterlinas. Esperaban vender 60 copias. La ahora novela superventas ha sido traducida a 27 idiomas y adaptada a una célebre obra de teatro.

A pesar del éxito inesperado de su ópera prima, la presión no ha cambiado la forma en que Porter escribe: «He tenido la suerte de que ese siempre ha sido mi punto de partida: trabajar haciendo lo que amo», afirma. «No tengo que replantear mi perspectiva hacia lo que quiero hacer».

Su última novela es la historia de un adolescente marginado llamado Shy que realiza un peregrinaje enfermizo para quitarse la vida. Porter explora el pasado del niño a través de las voces indiferentes de otros: su madre atormentada, un fantasma y el personal de la escuela para niños con dificultades donde vive.

El autor habla de sus personajes como si no los hubiera creado sino quizás descubierto en sus sueños. «Puede que Shy no logre expresarse muy bien», dice, «pero su brújula política es impecable». El actor irlandés Cillian Murphy, quien protagonizó la versión teatral de Grief, también notó esto: «Hay una humanidad y una fragilidad en los personajes y el trabajo de Porter que te rompen el corazón», comentó para Service95. «Pero lo hace con ingenio y esmero».

Tanto en Grief como en Shy, los niños y los jóvenes están descritos con el tipo de respeto y precisión emocional que rara vez se les brinda fuera de la literatura juvenil. Es un reflejo de la perspectiva de Porter sobre el poder que tiene la adolescencia. «Odio que se menosprecie la ferocidad de la experiencia adolescente», afirma. «Es un esnobismo psicológico innato que, para mí, no solo es anticuado sino también peligroso y contraproducente. Como sociedad podríamos escuchar mejor a los adolescentes. Ojalá la sociedad adulta pudiera ser así».

Shy podrá ser principalmente una novela de época sobre un niño y su tristeza, pero también funciona como una parábola moderna sobre la forma en que pedimos ayuda a gritos en un mundo en llamas. La mañana en que Max y yo nos reunimos, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) emitió una «advertencia final» a los responsables políticos para combatir la crisis climática o enfrentar daños irreversibles. «Existe la sensación de que los científicos le están gritando al mundo que los escuche», dice Porter. «Hay algo en eso que me hace pensar en Shy».

Douglas Greenwood es un escritor londinense y editor colaborador de la revista i-D que ha escrito para publicaciones como el New York Times, GQ y Vogue.