«Para mí, la historia y la verdad importan»: la película de Gillian Mosely sobre el conflicto entre Israel y Palestina 

La directora ganadora del Bafta, Gillian Mosely, creció como judía en un hogar con fuertes valores sionistas. Sin embargo, una amistad con un palestino musulmán gay la obligó a desafiar lo que durante mucho tiempo le habían enseñado a creer sobre Palestina. Esto, según lo que comparte con Service95, es lo que la inspiró a hacer The Tinderbox, una película que explora el pasado y el presente del conflicto palestino-israelí.

Cuando tenía unos 17 años, conocí a Tamer en Taboo, el icónico club nocturno de Leigh Bowery en Londres. En ese entonces, lo único que nos importaba eran las discotecas, las fiestas y lo que llevábamos puesto. Pasaron unos buenos cinco años antes de que nos diéramos cuenta de que yo era judía y él era palestino. En su casa, durante la cena escuchaba cosas que le habían sucedido a su familia y muchas de ellas simplemente no cuadraban con lo que me había enseñado mi familia, mayoritariamente sionista. Empecé a investigar por mi cuenta y cuanto más descubría, más pensaba: «espera un momento, esto no está bien». En este sentido, el objetivo de mi película —que destaca el papel de Gran Bretaña en la erosión de los derechos de los palestinos— también es mostrar un espejo a la comunidad judía. No es un espejo en el que ciertos judíos quieran mirarse. Como judía, eso ha sido difícil. Miembros de mi familia y otras personas que conozco no han querido ver la película. Pero creo que esto es algo con lo que los judíos debemos lidiar, porque si no lo hacemos, otras personas lo harán por nosotros. Durante el último año, ha habido una serie de momentos de cambio interesantes, muchos de los cuales, en mi opinión, se deben al movimiento Black Lives Matter. Los jóvenes judíos liberales, que apoyaban la campaña de Black Lives Matter, no podían entender por qué ahora sus amigos cambiaban de bando y apoyaban a los palestinos. Ha habido muchas minicrisis de identidad por ese tipo de cosas, lo cual comprendo perfectamente. Pero, para mí, la historia y la verdad importan. Prefiero saber la verdad y lidiar con ella que seguir evadiendo la realidad. Un argumento que se ha difundido es que la crítica a Israel en este asunto es simplemente parte de una retórica antisemita, pero creo que depende de quién provenga y de cómo se exprese. No estoy para nada de acuerdo con la gente que dice que estar en contra del gobierno de Israel equivale a ser antisemita. Es absolutamente posible criticar al gobierno sin ser antisemita. Había ido varias veces a Cisjordania en el pasado, pero lo que más me hizo reflexionar fue cuando estuve en Hebrón, un lugar que representa un verdadero microcosmos del conflicto. Allí viven unos mil colonos judíos, y son los colonos de mano dura que atormentan a los palestinos. Mi equipo y yo observamos esta situación. Tienen al ejército israelí a su alrededor, protegiéndolos, y acosan a los palestinos, mientras que los soldados israelíes no hacen nada al respecto. Hay 200 000 palestinos allí, pero los mil judíos que viven en la Ciudad Vieja se han apoderado del lugar por completo. Eso me dejó conmocionada. También vale la pena mencionar que estamos hablando de la crisis de refugiados de mayor duración del mundo. Antes de la guerra de Ucrania, un tercio de los refugiados del mundo eran palestinos y, en conjunto, han sufrido esta condición durante los últimos 70 años. El promedio de edad es de 20 años. Dicho esto, no creo que la opinión de los judíos radicales vaya a cambiar.  La película está realmente dirigida a las personas (judías y no judías) que aún no definen del todo su posición. Incita a su participación en la historia, una historia que sentí que debía contar. Provengo de tres linajes de rabinos —de hecho, fuimos algunos de los primeros Grandes Rabinos de Gran Bretaña— y también soy líder comunitaria. Por lo que, como cineasta de historia y con estos orígenes, sentí que si no era yo quien hablaba de esta situación, nadie podría hacerlo. Como familia, desde el principio tuvimos que dejar de hablar sobre el conflicto entre Israel y Palestina, ya que la conversación siempre terminaba en gritos y peleas. Pero había que decir algo. A menudo lees cosas que la gente dice y se les tilda de judíos que se odian a sí mismos, lo cual es absurdo. En mi opinión, los judíos que están poniendo en peligro al resto de la comunidad judía por su postura radical nos perjudican a todos. Eso, para mí, sería una forma más lógica de definir a un «judío que se odia a sí mismo». The Tinderbox está disponible en Curzon Home Cinema; la puedes ver aquí.