Nadia Murad: La defensora de las sobrevivientes de violencia sexual en todo el mundo
Cuando Nadia Murad era una niña, soñaba con abrir un salón de belleza en Kocho, su pueblo natal, ubicado en la región de Sinjar al norte de Irak. Incluso guardaba un álbum de recortes de novias en los días de su boda, ya que admiraba su cabello y su maquillaje.
Pero su sueño nunca se haría realidad. En 2014, cuando Murad tenía 21 años, el Estado Islámico invadió y comenzó un genocidio contra la comunidad yazidí —a la que el grupo terrorista consideraba antislámica. Su vida se hizo pedazos.
Su pueblo fue reducido a un terreno baldío rodeado de fosas comunes. Separaron a las mujeres y los niños de los hombres y las mujeres de edad en la escuela del pueblo. Seis de los hermanos de Murad y su madre fueron apartados y asesinados.
A Murad la secuestraron y mantuvieron en cautiverio como una sabaya (esclava sexual), circulando entre combatientes del Estado Islámico como si fuera una forma de recompensa grotesca. Demostrando una valentía impresionante, logró escapar y huir al Kurdistán, una hazaña arriesgada que luego describiría en detalle en su autobiografía, The Last Girl. Allí descubrió que la mayoría de su familia había muerto y que su comunidad estaba destruida. Incluso hoy, miles de mujeres y niñas yazidíes permanecen secuestradas en Irak y Siria.
Desde entonces, Murad se niega a ser identificada como una víctima. En cambio, comenzó una campaña dedicada a reconstruir su comunidad devastada y abogar por las sobrevivientes de violencia sexual en todo el mundo. Aunque el Estado Islámico le quitó tanto, no pudo arrancarle su voz. Incluso mientras sufría semejantes traumas físicos y emocionales, sabía que eventualmente podría convertirlos en su mayor arma contra el terrorismo.
En la actualidad, ha conseguido numerosos reconocimientos internacionales por su defensa de las sobrevivientes de violencia sexual, incluido el Premio Nobel de la Paz. Además, es Embajadora de Buena Voluntad de las Naciones Unidas para la Dignidad de los Sobrevivientes de la Trata de Personas, cofundadora del Global Survivors Fund y fundadora del proyecto Nadia’s Initiative.
Apoyada por su abogada, la especialista en derechos humanos Amal Clooney, ha trabajado para reunir pruebas de crímenes de lesa humanidad con testimonios de sobrevivientes y la exhumación de fosas comunes. Recientemente, Clooney logró el primer enjuiciamiento por genocidio contra miembros individuales del Estado Islámico en un caso que, según Murad, podría ser un hito en la lucha yazidí por la justicia.
También está trabajando para reconstruir la devastada comunidad yazidí, para que las 200 000 personas que aún permanecen desplazadas dentro de Irak tengan un lugar donde regresar. Fundada en 2018, Nadia’s Initiative trabaja por el empoderamiento de las mujeres y los niños, y la reconstrucción de pueblos y aldeas con carreteras, escuelas y hospitales. El Sinjar en el que creció se ha ido para siempre, pero gracias a la increíble valentía y determinación de Murad, al menos una parte de la comunidad yazidí logró recuperar algo de todo lo que había perdido.
Maria Padget es una escritora británica y activista por la justicia social, que ha trabajado con organizaciones como Oxfam, Skoll Foundation y Soneva Namoona.
