¿Las aplicaciones de citas en línea hacen lo suficiente para proteger a las mujeres?

En enero de 2022, un violador de 31 años llamado Tom Rodwell fue condenado a cadena perpetua en el Reino Unido. Durante el juicio, el jurado escuchó cómo había agredido a cinco mujeres en múltiples ocasiones entre 2017 y 2020. Las mujeres tenían una cosa en común: todas habían conocido a Rodwell a través de Tinder.

En la actualidad, se estima que más de 323 millones de personas en todo el mundo usan aplicaciones de citas en línea. Esta cifra creció exponencialmente durante la pandemia. Las personas encerradas, solitarias y solteras de repente se convirtieron en esclavas de sus pantallas, su único portal a la intimidad. Esto significó un cambio radical que impulsó a más millones a buscar el amor en línea. Fue un fenómeno que incluyó una nueva categoría de personas que anteriormente podrían haber evitado las citas en línea a favor de algo más «auténtico»; una fantasía que rara vez existe fuera de las películas pero que, no obstante, fue restringida totalmente por el coronavirus. Esto ha tenido consecuencias. A medida que ha aumentado la actividad de las aplicaciones de citas, también lo han hecho los casos relacionados de abuso, acoso y violencia sexual. Una investigación realizada por ProPublica y Columbia Journalism Investigations descubrió que, de las 1200 mujeres encuestadas que usaron una plataforma de citas en línea durante los últimos 15 años, más del 30 % sufrió algún tipo de agresión sexual; y de estas mujeres, más de la mitad afirmaron haber sido violadas. «Las aplicaciones de citas parecerían darles a los hombres heterosexuales una promesa de sexo, por lo que, cuando no obtienen lo que esperan de una mujer que conocen a través de una de estas aplicaciones, es más probable que lo exijan, ya que sienten que el sexo está garantizado por el mismo acto del emparejamiento», explica Nancy Jo Sales, autora de Nothing Personal: My Secret Life In The Dating App Inferno. Ciertos estudios indican que, si bien estos problemas afectan de manera desproporcionada a las mujeres, es más probable que algunas se vean más afectadas que otras, y se ha demostrado estadísticamente que las mujeres provenientes de comunidades marginadas corren un mayor riesgode sufrir violencia de género en línea. Esto se manifiesta de una manera muy específica en las aplicaciones de citas, donde el énfasis está en las pistas visuales. «Las mujeres negras y las personas no binarias en particular corren un riesgo mayor y, a menudo, tienen que lidiar con dinámicas complejas de fetichización y misoginia en las plataformas de citas en línea», afirma Gabriela de Oliveira, directora de políticas, investigación y campañas de la organización benéfica contra el abuso Glitch. Un informe realizado en California describió cómo esto conduce a una cultura en la que se intensifican los estereotipos racistas, creando un entorno en el que la violencia no solo es desenfrenada sino normalizada. «Se desarrolla en situaciones en las que los usuarios blancos de la aplicación asumen que las mujeres de color deberían sentirse “agradecidas” por el fetichismo no deseado, o los usuarios cisgénero asumen que las personas trans deberían sentirse “agradecidas” por los comentarios sexuales no deseados», sostiene la profesora Kath Albury, quien ha dirigido la investigación sobre la violencia en las aplicaciones de citas en Melbourne, Australia. También hay factores socioeconómicos clave a considerar. «Las desigualdades a menudo se manifiestan en las citas», agrega Albury. «También se puede suponer que las personas que son más jóvenes o más pobres se sientan “agradecidas” por la atención que reciben de los usuarios de aplicaciones mayores y en mejores condiciones». Esto aumenta el riesgo de explotación, particularmente en países donde el sexo fuera del matrimonio (y, por lo tanto, el uso de aplicaciones de citas) se considera tabú. Por lo tanto, es poco probable que muchas de las víctimas busquen ayuda. Incluso si lo hacen, no hay garantía de que se les tome en serio. Vivimos en un mundo en el que culpar a las víctimas es una práctica común. Esto hace que la violencia sexual sea un delito difícil de denunciar, con bajas tasas de condena en todo el mundo que desaniman a la mayoría de los sobrevivientes. Pero podría decirse que es aún más difícil hacerlo en una aplicación de citas, donde se espera que los moderadores resuelvan los reclamos de agresión sexual en cuestión de minutos y sin ningún tipo de capacitación específica. También ha habido múltiples incidentes de sobrevivientes que denuncian a sus perpetradores en las aplicaciones, pero pocos días después vuelven a aparecer. Incluso si a los acusados se les prohíbe acceder a una aplicación, no hay nada que les impida descargar otra. Por lo tanto, el sistema hace recaer la responsabilidad sobre la víctima. Este fue el caso de Natalie Dong, una chica de 21 años quien, después de supuestamente atormentar a Tinder durante días para que sacara a su violador de la plataforma, terminó protestando frente a las oficinas de la empresa con un cartel gigante que decía «MI VIOLADOR TODAVÍA ESTÁ EN TINDER» para que le prestaran atención. El acusado fue expulsado poco después. Las aplicaciones de citas en línea poco a poco están comenzando a tomar medidas contra la violencia. La verificación de fotos ahora es una práctica común y algunas empresas, incluida Tinder, han puesto en marcha verificaciones de antecedentes en sus plataformas. Bumble ahora también ofrece sesiones de terapia gratuitas a los usuarios que denuncian agresiones sexuales. Queda por ver qué tan útil es todo esto. Después de todo, la violencia sexual es un problema sistémico, un asunto que las aplicaciones de citas no pueden hacer mucho para prevenir. Sin embargo, lo que sí parece marcar la diferencia son las conversaciones más amplias que se están teniendo, como las iniciadas por la cultura popular. I May Destroy You, la innovadora serie de Michaela Coel producida por BBC One, es un buen ejemplo. En uno de los episodios hay una escena en la que Kwame, un personaje masculino interpretado por Paapa Essiedu, es agredido sexualmente por un hombre que conoció en Grindr después de que la pareja tuvo relaciones sexuales consensuales. La escena dio lugar a discusiones importantes sobre el consentimiento y la seguridad en las aplicaciones de citas en línea. Son momentos como este los que nos educan sobre los matices de la violencia sexual, tanto en línea como bajo otras formas. Tal vez sea solo a medida que crezca esta comprensión que comenzaremos a ver cambios tangibles y duraderos a nivel social y legislativo. Las siguientes son cinco aplicaciones de citas progresivas que están implementando nuevas formas de ayudar a mantener seguras a las mujeres:

1. Bumble: la aplicación de citas feminista original que le permitió a las mujeres «dar el primer paso».
2. Her: una de las aplicaciones líderes de la industria para mujeres queer y trans.
3. S’More: donde los usuarios solo pueden ver una versión borrosa de la foto de perfil de alguien, pero esta se va volviendo cada vez más clara a medida que pasas tiempo chateando con esa persona.
4. The Sauce: la aplicación donde los perfiles tradicionales se reemplazan con videos sinceros, para que puedas darte una verdadera idea de la persona con la que estás hablando.
5. Safer Date: una plataforma que realiza verificaciones de identidad y de antecedentes de todos sus usuarios.

Olivia Petter es escritora de relaciones en The Independent y autora de Millennial Love, publicado por 4th Estate.