«La pobreza es uno de los determinantes sociales más importantes de la salud física y mental»: una líder de iniciativas sociales habla sobre cómo desestigmatizar la salud mental de los hombres negros

En The Road Up, un documental de Siskel Jacobs que sigue a cuatro personas que recorren su camino para salir de la pobreza, vemos a Clarence, un hombre negro de treinta y tantos años que lucha por sincerarse, ser vulnerable y pedir ayuda. Esta lucha culmina en una escena en la que Clarence se derrumba, revelando el peso que ha estado cargando y lo que finalmente le ha costado. Es un momento poderoso pero, desafortunadamente, no es infrecuente. Muchos hombres, particularmente hombres negros como Clarence, deliberadamente o sin saberlo, descuidan su salud mental y entierran sus traumas, a menudo debido a los estigmas que la sociedad les impone. 

La pobreza es uno de los determinantes sociales más importantes de la salud física y mental. Las personas que experimentan la pobreza, particularmente en una etapa temprana de la vida o durante un periodo prolongado, corren el riesgo de sufrir una serie de consecuencias adversas para la salud y el desarrollo a lo largo de su vida. Esto se intensifica por el hecho de que muchas personas negras siguen experimentando desigualdades sistémicas que a menudo resultan en el desempleo o el subempleo, ya que una de cada cinco personas negras en los Estados Unidos viven en la pobreza desde 2018.

Normalizar la conversación sobre la salud mental de los hombres es el primer paso. Esto también significa tener en cuenta el papel que juega la cultura. Por ejemplo, estudios demuestran que muchas personas negras creen que la depresión o la ansiedad leves se considerarían como una «locura» en sus círculos sociales. Sin embargo, las personas negras tienen más probabilidades de intentar suicidarse que sus contrapartes blancas. Este es un grito silencioso de ayuda. 

Reconocer el impacto social en la salud mental también es clave, ya que muchas de las barreras que las personas encuentran en la sociedad (como la pobreza, la falta de vivienda y la adicción) tienen conexiones directas con la salud mental. Por ejemplo, los hombres negros están sobrerrepresentados en las cárceles y las prisiones de los Estados Unidos; representan el 13 % de la población general del país, pero casi el 40 % de la población carcelaria. Y esto sin tener en cuenta las luchas de una persona para reinsertarse exitosamente en la sociedad después del encarcelamiento ni la alta tasa de reincidencia. 

Si abordamos y priorizamos la salud mental, podremos comenzar a resolver los problemas que se relacionan de forma tangencial, por lo que debemos apoyar a las organizaciones que están avanzando en este tema. Cara Collective, por ejemplo, cuenta con trabajadores sociales clínicos certificados y consejeros que brindan apoyo y recursos, y ofrece capacitación socioemocional para ayudar a las personas a analizar cualquier trauma del pasado que los haya llevado a este punto. Porque solo cuando abordemos nuestras dificultades podremos comenzar la verdadera curación.

Kathleen St Louis Caliento, PhD, es la presidenta y directora ejecutiva de Cara Collective, una organización líder en desarrollo de la fuerza laboral con sede en Chicago que ha encontrado empleos de calidad para más de 8000 personas en situación de pobreza.