«La fiesta ha evolucionado de maneras que nunca hubiéramos esperado»: cómo la pandemia cambió el concepto de las raves
Es fines de 2019, alrededor de la 1:30 a. m., y estoy en Dalston Superstore, el bar queer más querido del este de Londres. A mi alrededor, mucha gente se besa y sus cuerpos sudorosos se presionan unos contra otros en el pequeño y caluroso sótano. El ritmo de la música techno penetra a través de sus huesos, y su respiración colectiva hace que los espejos se empañen en la oscuridad. No me doy cuenta, pero esta será la última vez que asista a un club nocturno en al menos dos años. En unos meses, habrá una pandemia y múltiples confinamientos. Las discotecas cerrarán sus puertas en todo el mundo. Eventualmente la vida nocturna volverá de forma gradual, pero no de la misma manera.
El confinamiento puede parecer un delirio lejano, pero todavía estamos lidiando con las repercusiones globales en lo que respecta a la vida nocturna. En el Reino Unido, se prevé que uno de cada tres clubes nocturnos cierre a fines de 2022. En Berlín, hay rumores de que Berghain —la discoteca más emblemática del mundo— cerrará sus puertas para siempre. Es una tendencia que se repite en todas partes. Incluso en Estados Unidos, muchos de los clubes más emblemáticos del país han cerrado sus puertas: El club gay Rage de Los Ángeles, el China Chalet de Nueva York y el club de drag The Pyramid Club en East Village, solo por nombrar algunos. El apogeo de las discotecas, tal como las conocíamos, puede haber terminado.
Pero la fiesta también ha evolucionado de maneras que nunca hubiéramos esperado. La vida nocturna virtual prosperó durante los múltiples confinamientos (como fue el caso de uno de los colectivos favoritos de Service95, Queer House Party) y se ha normalizado mucho más, lo cual es ideal para aquellos que no siempre pueden estar físicamente en un club. Los colectivos de base han florecido en los espacios producidos por la incertidumbre de la pospandemia. Han aparecido desde clubes de realidad virtual como TUBE VR, hasta alternativas no físicas a clubes en línea, que incluyen 20ft Radio de Kiev (una estación de radio en línea que es considerada como un club, con carteles y sets de DJ) y transmisiones globales por Twitch (un servicio de transmisión en vivo, principalmente utilizado por jugadores de videojuegos) como MOGRA de Tokio. La fiesta se ha vuelto expansiva, inventiva y no tan rígidamente definida como antes. Es un momento errático y emocionante para ser un raver.
Por otra parte, el cierre de clubes nocturnos en todo el mundo ha dado paso a noches de fiesta con lugares cambiantes, como el colectivo secreto de ravers Filter en Melbourne (al que debes enviar un mensaje privado para averiguar la ubicación), Gay Bombay en Mumbai y el colectivo de música electrónica We House Sundays en Ciudad del Cabo.
Coco Cole, una de las voces más destacadas de la música dance y la escena DJ del Reino Unido, afirma que el cierre de los clubes ha obligado a las personas a ser más imaginativas y organizar sus propias noches de fiesta. «Los grandes promotores y establecimientos de conciertos todavía están compensando los costos de la pandemia, y contratan a DJ de renombre para evitar el riesgo de no llenar el lugar, dejando poco espacio para los artistas emergentes», dice. «Por eso creo que ahora es una buena oportunidad para que los nuevos clubes nocturnos, los promotores y las comunidades creen sus propios espacios y su propia cultura. Como siempre, el poder lo tiene la gente».
Es imposible predecir cómo será el futuro de la fiesta. Pero, independientemente de lo que pueda suceder, las personas siempre encontrarán la manera de festejar, divertirse y bailar hasta el amanecer, incluso desde sus habitaciones.
5 clubes nocturnos de visita obligada en todo el mundo
- Zer021, Ciudad del Cabo, Sudáfrica: un bar LGBTQIA+ y drag conocido por sus maravillosas actuaciones y noches de fiesta desenfrenadas.
- Salon Zur Wilden Renate, Berlín, Alemania: este apartamento renovado de varias habitaciones en el este de Berlín es una visita obligada para los ravers que buscan algo único y ecléctico.
- 20ft Radio, Kiev, Ucrania: también conocido como «el club que no existe», 20ft Radio transmite desde un contenedor de envío en una antigua fábrica de tejido de cintas.
- WOMB, Tokio, Japón: este club de cuatro pisos con capacidad para 1000 personas abrió sus puertas en el año 2000 y se caracteriza por su sistema de sonido incomparable, iluminación de alta calidad y láseres extraordinarios.
- D-Edge, São Paulo, Brasil: un superclub salvajemente futurista de aspecto tipo Tron que ha mantenido viva la música dance en la ciudad más poblada de Brasil durante casi dos décadas.
Daisy Jones es escritora de cultura, editora y autora de All The Things She Said. Su trabajo ha sido publicado en Vice UK, British Vogue, Dazed y The Guardian, entre otros.
