«La diversidad tiene que incluir la discapacidad»: la diseñadora Victoria Jenkins habla sobre la necesidad de la industria de la moda de crear ropa para todos

Uno pensaría que un pronóstico del mercado global de 350 mil millones de dólares de aquí a 2024 atraería grandes inversiones de la industria de la moda. Pero cuando ese mercado es el de la ropa adaptable —prendas creadas específicamente para personas con discapacidad— lamentablemente no es el caso. «[La industria de la moda] va a un ritmo imperdonablemente lento», comenta la diseñadora Victoria Jenkins, fundadora de la marca de ropa adaptable Unhidden.

Graduada en diseño de moda y con 14 años de experiencia en la industria trabajando como tecnóloga de prendas para marcas de la talla de Victoria Beckham, Jenkins afirma que, durante todo ese tiempo, «no vi ni escuché nada sobre la discapacidad [ni cómo el tema se relaciona con la moda]». Después de una cirugía que le salvó la vida, causada por una úlcera que le había perforado el estómago, la diseñadora quedó con problemas de movilidad y dolor crónico. Sin embargo, nunca sintió que pudiera hablar abiertamente sobre su discapacidad. «Me describía a mí misma como una persona con “problemas de salud crónicos”, porque si mencionaba la palabra “discapacidad”, no me contrataban».

Durante una visita al hospital en 2016, conoció a una paciente de cáncer que tenía dos estomas, una línea en el brazo y otra en el pecho, por lo que tenía que quitarse toda la ropa cada vez que los médicos debían hacerle sus tratamientos. Fue entonces cuando nació la idea de Unhidden. «Cuanto más lo investigaba, más pensaba en cómo podría usar todo lo que estaba aprendiendo para una causa mayor. Trabajar para Victoria Beckham fue un trabajo de ensueño, pero quería poder ayudar a la gente».

Unhidden se convirtió en la primera marca de ropa adaptable (creada específicamente para las personas con discapacidad) en unirse al British Fashion Council. «Me siento muy orgullosa de eso, pero también es lamentable que la primera hubiera tenido que esperar hasta el año 2022». Jenkins está convencida de que el progreso no ocurre a menos de que sea obligatorio. «La diversidad tiene que incluir la discapacidad, por lo tanto, uno de cada cinco modelos que trabajan en la industria debería ser una persona con discapacidad». También hay otros problemas. Según Jenkins, «muchas marcas usan un modelo con discapacidad para una campaña, pero deciden no usar esas fotos en su sitio web y, a menudo, evitan la palabra “discapacidad” por miedo a ofender a alguien. Tener discapacidad no es ofensivo, es una descripción».

Jenkins también planea lanzar un proyecto sin fines de lucro para capacitar a personas con discapacidad y afecciones de salud crónicas, enseñándoles a coser alteraciones adaptables en prendas. Esto significa que las personas pueden establecer sus propias tarifas y decidir cuánto trabajo aceptan. Además, la iniciativa ayuda al 80 % de las personas discapacitadas que no nacieron con una discapacidad y que ahora necesitan adaptar su ropa para poder usarla cómodamente. «Hay muchísimas personas —y entre ellas me incluyo— que de la noche a la mañana ya no pueden usar su ropa, prendas que asociamos con recuerdos. Así que en lugar de pasar por el trauma de tirar a la basura todo un guardarropa, pueden dejar que alguien, que haya pasado por lo mismo, adapte sus prendas». Jenkins presentará sus diseños en las pasarelas de la Semana de la Moda de Londres a finales de este año y también está trabajando en una gama para niños.

Al igual que tener un techo, poder vestirse es un derecho humano básico. «Es ilegal salir desnudo de la casa e ir a trabajar», dice Jenkins, «así que es un delito que haya gente que todavía no pueda vestirse». Por suerte, está haciendo todo lo que está a su alcance para asegurarse de que eso deje de ser así.

Laura Potter es una periodista que ha escrito para publicaciones como The Observer Magazine, Saturday Magazine de The Guardian, Men’s Health y Time Out, entre otras.