«El mundo no ha enviado más que pensamientos y oraciones»: cómo se está ignorando la situación en Birmania y las mujeres activistas que luchan por lograr un cambio

¿Qué harías si un día el ejército y la policía se volvieran en tu contra? 

¿Cómo te defenderías tú y tus seres queridos de que te disparen, te secuestren, te torturen o te asesinen?

Así es la vida en Birmania desde febrero de 2021, cuando el ejército birmano organizó un golpe de estado en un intento de recuperar el control que había concedido en falsas reformas democráticas. Después de revocar las elecciones más recientes, arrestaron a la mayor parte del gobierno civil de Birmania, declararon el estado de emergencia y sumieron al país en el terror. 

Dieciocho meses después, 2000 personas han sido asesinadas a manos de las fuerzas militares, incluidos manifestantes pacíficos, huelguistas generales, simples transeúntes y cientos de niños. Y 11 000 más están en prisión bajo leyes ridículas que criminalizan la más mínima forma de disidencia. Algunos son celebridades, como los equivalentes a Leonardo DiCaprio y Billie Eilish de Birmania, que fueron encarcelados por asistir a una marcha o publicar un tweet. La familia que tengo allí vive con miedo todos los días. Pero el resto del mundo no ha enviado más que pensamientos y oraciones, y el mayor chivo expiatorio es una mujer llamada Aung San Suu Kyi.

Suu Kyi surgió como una feroz opositora de la prolongada dictadura militar de Birmania a fines de la década de los 80. Amenazada por su popularidad como líder de la Liga Nacional para la Democracia (NLD), la junta militar la puso bajo arresto domiciliario durante 15 años y encarceló a muchos otros activistas.

Durante ese tiempo, Suu Kyi se convirtió en una leyenda. Elogiada internacionalmente y amada en Birmania, incluso ganó el Premio Nobel de la Paz por su larga lucha por la democracia. En 2015, finalmente harta de que Birmania fuera tratada como un estado paria, la junta militar celebró lo que parecían ser sus primeras elecciones libres. La NLD ganó de forma aplastante y esta vez se le permitió formar una coalición incómoda con la junta. A pesar de que en la constitución estaba escrito que Suu Kyi y su partido no tenían ningún poder real, el mundo declaró que Birmania era finalmente una democracia y los turistas comenzaron a inundar el país.

Sin embargo, poco después, Suu Kyi sufrió una catastrófica caída en desgracia cuando el ejército lanzó una campaña de genocidio contra los rohinyás, un pueblo apátrida que el ejército birmano considera como bengalíes y que, por lo tanto, no pertenecen a los otros más de 130 grupos étnicos reconocidos oficialmente en Birmania. Su negativa —o tal vez su incapacidad— para denunciar el genocidio fue interpretada como una señal de culpabilidad por muchos de sus seguidores internacionales. 

El mundo defendió y luchó con entusiasmo por la democracia en Birmania cuando tenía un líder democrático en quien creer, pero ahora la comunidad internacional se ha quedado completamente en silencio, dando la espalda a 55 millones de personas, incluidos los rohinyás.

He intentado no comparar las reacciones con Ucrania y con Birmania, pero cuando U2 interpretó en Kiev Walk On —una canción que escribieron sobre Suu Kyi cuando estaba de moda preocuparse por Birmania— pero no dijo nada sobre los acontecimientos actuales, quedé profundamente desilusionada. Suu Kyi está una vez más tras las rejas, bajo falsas acusaciones, junto con otros miembros del legítimo Gobierno de Unidad Nacional de Birmania. Pero a pesar de todo esto, todavía hay mujeres que intentan generar cambios en Birmania. Ellas cinco necesitan desesperadamente de tu apoyo.

1. Thinzar Shunlei Yi de Sisters 2 Sisters y People’s Goal
   Yi es una de las activistas más destacadas de Birmania y trabaja con los grupos democráticos ACDD y GSC. Es la cofundadora de Sisters 2 Sisters —una organización que promueve la solidaridad entre las mujeres que luchan contra la opresión sistémica y la violencia militar— y del grupo de apoyo a los desertores militares People’s Goal. Según Yi, «es humano sentirse culpable por los oprimidos. Pero esa culpa debe impulsarnos a defender la democracia en casa, en la comunidad y en el mundo».
2. Wai Wai Nu de Women’s Peace Network
   Nu es la fundadora y directora ejecutiva de Women’s Peace Network, pero también es una mujer rohinyá y antigua prisionera política dedicada a construir la paz y el entendimiento entre las comunidades étnicas y defender los derechos de las mujeres marginadas en Birmania. 
3. Nandar de Purple Feminists Group
   Nandar es una activista del estado de Shan en Birmania y fundadora del Purple Feminists Group, un grupo que promueve la igualdad de género. Además, es la presentadora del pódcast bilingüe Feminist Talks y también coprodujo y dirigió la obra Los monólogos de la vagina durante cuatro años en Birmania. 
4. Me Me Khant de Students for Free Burma
   La poeta y activista Khant ha liderado manifestaciones mundiales que promueven la lucha de Birmania por la libertad como directora ejecutiva y cofundadora de Students for Free Burma, una organización que asesora a los legisladores estadounidenses sobre leyes clave —como la Ley de Birmania de 2021— y produce campañas para ayudar a otros a entender cómo pueden ayudar.
5. Jan Jan de Global Movement for Myanmar Democracy
   Proveniente del estado birmano de Kachin, Jan Jan es líder de políticas en Birmania para Action Corps y cofundadora y directora ejecutiva de GM4MD. Para ella, «el mundo debe preocuparse por Birmania porque es un problema global que abarca los derechos humanos, la libertad, la democracia, la justicia climática, la responsabilidad corporativa y muchos otros temas».

MiMi Aye es autora del galardonado MANDALAY: Recipes And Tales From A Burmese Kitchen, elegido por The Observer, The FT y Nigella Lawson como uno de sus mejores libros del año. También presenta el pódcast de comida y cultura The MSG Pod.