El monje que usa maquillaje

A Kodo Nishimura le encanta el maquillaje, la ropa bonita y servir a la comunidad budista como monje en el templo donde creció. Esto puede parecer una contradicción. Si bien es común que los monjes desempeñen trabajos fuera del templo, pocos asisten a la Escuela de Diseño Parsons de Nueva York, maquillan a clientes de la talla de Chloe x Halle o aparecen en Queer Eye: We’re In Japan!.

La trayectoria de Nishimura como maquillador profesional comenzó poco después de llegar a los EE. UU. Era un estudiante solitario, por lo que se ofreció a maquillar a una de sus amistades que también la estaba pasando mal. Lo que descubrió fue que los resultados duraron mucho más que una sola noche de cuidado personal. Es una lección que trata de enseñar en sus clases de maquillaje con enfoque de inclusión de género.

«Lo que me pareció más interesante fue que, incluso cuando se quitó el maquillaje, su confianza todavía seguía presente», recuerda. «Y eso generó una esperanza que se reflejó en mi corazón. Sentí que yo también podía ser hermoso. Yo también podía sentirme poderoso. Y que si estudiaba maquillaje y dominaba las técnicas de bases y sombras de ojos, no solo podría nutrir [a quienes me rodean] y a las personas que me ven sin discriminación, sino que también podría sentir mi propia belleza e importancia».

Aprender a aceptar todos los aspectos de su personalidad —lo que él llama una encarnación de los valores culturales tradicionales y modernos— es lo que llevó a Nishimura a escribir This Monk Wears Heels: Be Who You Are, una autobiografía en la que describe su educación en los Estados Unidos, la interiorización de su herencia japonesa y su formación religiosa. Esa fue una decisión que tomó en gran parte porque el budismo había sido algo que había ignorado durante mucho tiempo.

«Mi mamá es profesora de piano y me dijo: “para decir que odias la música de Mozart, tienes que tocar su música”», comenta Nishimura. «A partir de ahí, puedes hacer un análisis válido». Lo mismo ocurrió con su formación para convertirse en monje, que culminó con su ordenación en 2015. «Antes de eso, solo había oído mencionar algunas cosas sobre el budismo, por lo que tenía muchas dudas y sospechas» Pero a través del proceso de ordenación, Nishimura encontró una paz inesperada y una comunidad lista para acogerlo, en lugar de avergonzarse por su sexualidad, su carrera o su apariencia. Y ese es un mensaje de aceptación que siempre repetirá en nombre de la comunidad LGBTQIA+.

«Soy un líder religioso», dice enfáticamente. «Y les digo, desde una perspectiva budista, que todos son igualmente valiosos».

Laura Studarus es una periodista de viajes radicada en Los Ángeles que ha escrito para la BBC, Thrillist, Vice y Marie Claire.