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Issue #006 El mayor rival para las mujeres del hiphop sigue siendo la misoginia
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Misogyny in hip-hop: collage of female rappers: Nicki Minaj, Roxanne Shante, Lil’ Kim, Cardi B, Megan Thee Stallion and Rico Nasty Parveen Narowalia

El mayor rival para las mujeres del hiphop sigue siendo la misoginia

En julio de 2020, después de una fiesta en la casa de Kylie Jenner, Megan Thee Stallion afirmó haber recibido un disparo en el pie a manos del rapero Tory Lanez. De inmediato se produjo un frenesí mediático que generó más dudas sobre si el tiroteo realmente ocurrió —además de una burla insensible— en lugar de apoyar a Megan, incluso después de su aparición en un Instagram Live en el que lloraba por el incidente. Menos de un mes después, Megan y Cardi B lanzaron el exitoso sencillo WAP. ¿Y cuál fue la teoría general de Internet? Que el incidente anterior había sido un truco publicitario para promocionar la canción. Dejando de lado las imágenes de video grabadas de Megan cojeando y con un rastro de sangre, la conclusión principal de la gente fue que su obra tenía que estar marcada por la tragedia y el abuso para que fuera exitosa. 
 
La misoginia, y en particular el concepto de misogynoir —donde el sexismo y el racismo se cruzan— ha formado parte del hiphop desde sus inicios. En 1987, el trío del South Bronx Boogie Down Productions (o BDP, compuesto por KRS-One, D-Nice y el fallecido Scott La Rock) se vio envuelto en una guerra entre barrios de Nueva York, luchando contra la pandilla rival The Juice Crew en Queensbridge. BDP lanzó la polémica y provocadora canción The Bridge Is Over, en la que se referían a la joven primera dama de Juice Crew, Roxanne Shanté, con la frase «Roxanne Shanté is only good for steady fuckin», una referencia a sus supuestas habilidades en la cama.  
 
Para una rapera innata como Shanté, esas palabras se sintieron como una puñalada. Su comienzo había llegado a los 15 años, cuando desafió con valentía a la banda de hiphop de Brooklyn UTFO por su canción Roxanne, Roxanne, una canción en la que reprenden a una mujer llamada Roxanne por negarse a sus insinuaciones sexuales. Shanté asumió la identidad de Roxanne, lanzando la canción de respuesta Roxanne’s Revenge e iniciando así una exitosa carrera en la que camina con la cabeza en alto frente a sus competidores masculinos y sus intentos de menospreciar a las mujeres. Tres años después de Roxanne’s Revenge, la artista se vio reducida a una pequeña participación en The Bridge Is Over, y no fue ni siquiera por su destreza lírica. Esto marcó un precedente de misoginia en el hiphop. Y esto, a diferencia de The Bridge, estaba lejos de terminar. 

 

«A pesar de sus letras agudas e incisivas, sus propios fans le piden a menudo que más bien se ponga a mover el culo» 

 

35 años después, la rapera Rico Nasty reveló en una entrevista con la revista XXL que durante sus actuaciones en conciertos, los miembros del público con frecuencia sostienen mensajes en sus pantallas de teléfono con la palabra «TWERK» mientras intenta rapear para ellos. En esa misma entrevista confesó que las peticiones de bailar del público son quizás lo «peor» que se le puede pedir a las raperas durante un concierto. A pesar de sus letras agudas e incisivas, sus propios fans le piden a menudo que más bien se ponga a mover el culo.

2021 ya había sido bastante estresante para Rico, un año en el que acompañó a Playboi Carti durante su gira Narcissist/King Vamp, en la que en un momento de su actuación, los fans masculinos de Carti, en su mayoría jóvenes y blancos, corearon su nombre en voz alta. E incluso le lanzaron una botella (posteriormente despertó preocupación por su salud mental por una ráfaga de tweets que después borró, en los que revelaba que todas las noches se dormía llorando en el autobús de la gira. Entre las cosas que escribió, dijo: «Desearía estar muerta tanto como lo desean ustedes, créanme».) Esto es kryptonita pura para cualquier rapera. Su objetivo es promover su arte, pero gestos como los que tuvo que soportar Rico pueden desestabilizar por completo a cualquier mujer artista mientras trata de desenvolverse en una industria dominada en su mayoría por hombres.

A lo largo de la historia del hiphop, el concepto de misoginia ha existido dentro de un espectro determinado por los caprichos de la mirada masculina. En los primeros tiempos del rap, había menos que perder. El hiphop no era el imperio multimillonario en el que se ha convertido, por lo que los casos de misoginia se limitaban al tema recurrente de llevarse a la mujer de otro hombre. La cultura apenas estaba creciendo, y en un esfuerzo por facilitar el ascenso de los hombres, las mujeres jugaban a las enfermeras en el juego de la guerra y a menudo eran desechadas si asumían el rol de soldado. Poco a poco, los abusos y el maltrato se fueron generalizando. A medida que los raperos masculinos ganaban millones, solían tener a una mujer a su lado como un accesorio, a menudo en forma de video vixen o «zorra de video», mientras que los temas de las canciones se volvían cada vez más grotescos y las referencias a las mujeres como perras (entre otras cosas) cada vez más frecuentes. El concepto de tener una «primera dama» en un grupo de hiphop era una novedad, pero en el momento en que la mujer se veía empoderada, se establecían reglas para acabar con su credibilidad. 

 

«Kim exigió la dominación sexual y los mismos lujos que los hombres, y además asumió su papel como líder, lo que muchos interpretaron como una amenaza al ego masculino»  

 

Vimos esto en 1996, cuando Lil’ Kim decidió separarse de los chicos de Junior M.A.F.I.A. para convertirse en una estrella. Su álbum debut como solista Hard Core fue un manifiesto feminista, en el que Kim exigió la dominación sexual y los mismos lujos que los hombres, y además asumió su papel como líder, lo que muchos interpretaron como una amenaza al ego masculino. La calificaron de «obscena» y la enfrentaron a otras mujeres de la industria, incluyendo a Foxy Brown. También fue acusada falsamente de no escribir sus propias rimas y de existir a la sombra de The Notorious B.I.G., incluso mucho después de su muerte en 1997. Por encima de todo, se trataba de una maniobra de poder.

Para Lil’ Kim, su meteórico ascenso produjo un mayor nivel de control sobre las letras de sus canciones de rap. Era como si no tuviera permiso de hacerlo. Todo esto llegó en un momento en que los hombres de la escena del rap aumentaban cada vez más sus fortunas y la esencia de sus rimas radicaba en las drogas, el sexo y el dinero. Cuando Kim rapeó sobre esos mismos temas, sus letras se calificaron de «sucias».

Pero eso no impidió que se hablara de ello. Más bien al contrario, Lil ‘Kim siguió haciéndolo a medida que evolucionó su carrera. Su perseverancia estableció un estándar para las mujeres raperas y la franqueza que la caracteriza aún hasta el día de hoy sigue siendo una fuente de inspiración para muchas. Otras artistas como Trina, Nicki Minaj, Cardi B y, más recientemente, Megan Thee Stallion han adoptado este enfoque en lo que respecta al sexo y la dominación sexual en las canciones. Al contrario de lo que se suele creer, no se trata simplemente de hablar de sexo; el objetivo es devolver el poder a las manos de las mujeres.

Esto ha generado millones para la industria del hiphop y ahora hay muchas mujeres haciéndolo. Dicho esto, las mujeres todavía tienen que defender su autoexpresión. Hace unos 25 años, se acuñó un término para definir el tipo de música que hacía Lil’ Kim. Se le llamó «hipersexualidad», un concepto que denota un nivel elevado de sexualidad más allá de la norma categórica. Dicho término ahora se ha convertido en «positivismo sexual», una decisión que en realidad no fue tomada por el género del hiphop. Más bien, fue un reflejo de un cambio de perspectiva social, donde incluso industrias como la del sexo cambiaron completamente la narrativa en comparación con lo que sucedía en décadas anteriores.

Los tiempos están cambiando, pero la aversión a escuchar a las mujeres hablar sobre sexo en una industria como la del hiphop sigue siendo parte del desequilibrio que existe. Grupos como el dúo City Girls han desafiado esta falta de lógica, señalando que una vez que las mujeres se apropiaron del mismo tema que anteriormente los hombres usaban como arma en sus canciones, se produjo un resentimiento generalizado. Nicki Minaj ha expresado una opinión similar, cuestionando por qué alguien como ella casi nunca es incluida en las conversaciones sobre «mejor artista de todos los tiempos» (o GOAT, por su acrónimo en inglés), mientras que hombres que han hecho mucho menos que ella tienen un lugar allí.

 

«Las letras que antes usaban los raperos para controlar y minimizar a las mujeres se convirtieron en la tinta con la que ahora escriben las raperas»

 

Hoy en día, la raíz de la misoginia en el hiphop radica en quién tiene una posición dominante. El éxito de las mujeres raperas ha alcanzado un punto álgido y nunca antes había habido tantas mujeres exitosas en la industria del rap. Las mujeres están ganando en lo que tradicionalmente ha sido un «juego de hombres». Las letras que antes usaban los raperos para controlar y minimizar a las mujeres se convirtieron en la tinta con la que ahora escriben las raperas. Tienen el control de su propia narrativa, lo que representa una amenaza para los hombres (y desafortunadamente para algunas mujeres también) y conduce a una indignación infundada. Esto provoca un efecto dominó de la misoginia en el hiphop, alimentado por las críticas de los medios de comunicación, los compañeros artistas, los sellos discográficos y las redes sociales/fanáticos, lo que ha evitado que este problema se acabe de una vez por todas.

Un gran ejemplo de esto sucedió en 2020, cuando Cardi B y Megan Thee Stallion lanzaron la canción WAP de la que hablábamos anteriormente. Fueron excesivamente criticadas por el contenido de su canción y el sample que usaron del DJ Frank Ski, que incluye el coro «There’s some whores in this house» (hay putas en esta casa). Estaba bien cuando Frank se refería a las mujeres como «putas», pero no cuando Cardi y Meg utilizaron la frase y le añadieron además la palabra «pussy». El éxito musical WAP llevó la temática sobre la «hipersexualidad» al siguiente nivel y su música fue calificada de pussy rap y stripper rap, enfatizando que un exceso de entusiasmo por hablar de sexo no solo desmoraliza al hiphop, sino que también envía un mensaje equivocado al mundo. Podríamos sentarnos aquí todo el día y repasar las viejas letras de 2 Live Crew o contar la cantidad de veces que los raperos masculinos han usado palabras como «perra» y «puta» para defender de alguna manera lo que, según los críticos, Cardi B o cualquier otra rapera sexualmente positiva está haciendo. Sin embargo, sería inútil y probablemente nada de eso cambiaría el resultado. Durante las últimas cuatro décadas, ha habido la esperanza (o más bien, el deseo) de que con el tiempo, la contribución de las mujeres en la cultura hiphop opacara los estereotipos que les imponen tanto hombres como mujeres. Poco a poco, hemos visto cómo historias de éxito de mujeres raperas salen a la luz con más frecuencia. Esto ayuda a eliminar la narrativa de que «solo puede haber una», o que si hay más de una mujer en un mismo espacio, necesariamente tienen que odiarse entre ellas. Esto último ilustra a la perfección el fetichismo por las peleas entre mujeres. También ayuda a aumentar los ingresos de los departamentos de marketing en los sellos discográficos. Esa es una parte del espectro del sexismo; incorporar selectivamente a las mujeres mientras sugieren que son demasiado emocionales para manejar la competencia. La otra parte incluye las discusiones de las mujeres sobre el sexo, la sexualidad y sus propios cuerpos, en un mundo que, podría decirse, las ha mantenido bajo el yugo de la misoginia. En resumen, estamos en un mundo donde el hiphop es el género dominante en la industria de la música: representa el mayor éxito y la mayor responsabilidad en el universo del pop y su valor asciende a los miles de millones de dólares. Al mismo tiempo, hay más mujeres triunfando en el género que probablemente en ningún otro momento de la historia. Ambas verdades pueden coexistir. Ahora que el hiphop se acerca a su aniversario número 50 el próximo año, la única manera de que estos juicios no lineales se disipen es entendiendo que las mujeres no son monolitos: ni como cantantes, ni como personas, ni como seres humanos. Esto implica que los hombres tendrán que ceder un poco de poder. ¿Sucederá eso alguna vez? Nadie lo sabe. Pero una cosa es segura: las mujeres no planean detenerse. 5 mujeres raperas que han luchado por lo suyo en un mundo dominado por los hombres  
  1. Roxanne Shanté, quien perfeccionó el arte del battle rap 
  2. Lil’ Kim, quien nos enseñó que el sexo es poder.  
  3. Lauryn Hill, quien inventó el estilo de rap que la mayoría de hombres usa hoy.  
  4. Nicki Minaj, quien llevó el hiphop a nuevas dimensiones. 
  5. Rapsody, quien no se rindió ante la presión de la industria y se mantuvo fiel a sí misma.
 

kathy iandoli es una periodista aclamada por la crítica y autora de los libros God Save The Queens: The Essential History Of Women In Hip-Hop, Baby Girl: Better Known As Aaliyah, y la autobiografía de Lil’ Kim, The Queen Bee, que será lanzada próximamente. También es docente en la Universidad de Nueva York.

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