Conoce a las mujeres surfistas de las Maldivas que están derribando los tabúes culturales
Naha Nasrulla quizás sea la única surfista en el mundo que no sabe nadar. Y no es que esta maldiva de 23 años le tenga miedo al agua. Sin embargo, creció en una comunidad conservadora en el sur de este archipiélago de islas paradisíacas en el Océano Índico, en la que su madre le prohibía entrar al agua por miedo a que el sol tropical volviera su piel clara demasiado oscura.
«Es una especie de racismo», admite Nasrulla. «Especialmente entre las personas mayores. No quieren que te broncees demasiado. A mí no me dejaron ir al mar hasta que cumplí 18 años». Su amiga Rishtha Shuja agrega: «A mí me pasó lo mismo con mis abuelos. Yo también solía tener la piel muy clara de niña. Ahora que estoy bronceada dirán: “Ahí va otra vez al mar. Mira el color de su piel, se le ha vuelto tan oscura”».
Las actitudes culturales ofensivas sobre el color de la piel no son los únicos obstáculos para practicar surf que enfrentan las mujeres en Maldivas. Este es un país musulmán en el que están profundamente arraigadas las nociones patriarcales sobre los roles de género. Aya Naseem, una bióloga marina y surfista entusiasta, cuenta cómo solía ser «acosada en la carretera» cuando la veían por primera vez dirigiéndose al océano con su tabla de surf.
«Cuando empecé a surfear, realmente no era cosa de mujeres. Era una actividad que tenía un estigma asociado», recuerda. Gracias en gran parte a los esfuerzos de Naseem, las cosas realmente han cambiado durante la última década. La última barrera para la participación de las mujeres en el surf se derribó en 2021, cuando la Maldives Surf Association acordó incluir una categoría femenina por primera vez. Naseem obtuvo el primer lugar y Nasrulla quedó de tercera.
Habiendo vencido el racismo y el sexismo para salir a navegar las olas del mar, las chicas aún enfrentan un último desafío: las afiladas rocas de coral que yacen debajo de las aguas de las mejores rupturas de arrecifes. «Tenemos cicatrices y cortes por todas partes», dice Nasrulla. El mayor miedo de Shuja son los erizos de mar espinosos. «Son muy venenosos», explica. Pero la adrenalina del surf hace desaparecer el dolor. Según Naseem, «ni siquiera te das cuenta hasta que vuelves. Ayer había sangre en el barco y yo me preguntaba, “¿de dónde viene eso?” ¡Y resulta que venía de mi pie!»
Lamentablemente, en la actualidad las rupturas de arrecifes de Maldivas están en peligro. Muchos corales han sido destruidos por los puertos y otros proyectos de desarrollo, y el cambio climático es una amenaza existencial para los arrecifes de coral tanto en estas islas como en todo el mundo. A medida que los océanos tropicales se calientan, ocurre un «blanqueo» del coral porque el agua se calienta demasiado para sostener las algas incrustadas que mantienen vivos los diminutos pólipos de coral. Naseem explica: «Perdemos mucho coral cada vez que ocurren eventos de blanqueo. Y eso es devastador para nosotros, porque cuando perdemos la capa superior del coral es como si perdiéramos un rompeolas. Las islas quedan más expuestas, por lo que comienzan a erosionarse». Naseem es cofundadora del Maldives Coral Institute, una organización que enfoca todos sus esfuerzos en la batalla desesperada para salvar los arrecifes de coral.
Pero el surf siempre seguirá siendo una pasión. «No hay nada que se compare a la sensación de subirse a una tabla de surf», afirma entusiasmada. Y en el proceso, Nasrulla finalmente está recibiendo clases de natación. «Lo está haciendo muy bien», dice Naseem. «Hoy le alejamos su tabla y ella tuvo que nadar de vuelta para conseguirla». Hace una pausa y luego prosigue: «Nadar como perrito para recuperar tu tabla de surf no tiene nada de malo».
5 actividades imprescindibles para hacer en las Maldivas
- Come mashuni roshi de desayuno, un plato tradicional de atún, coco, limón y ají.
- Visita la capital Malé. No te pierdas la antigua Mezquita del Viernes, una hermosa estructura de piedra coralina que data de 1656.
- Acompaña a una familia maldiva para comer «short eats», aperitivos tradicionales para disfrutar por la tarde. En tu hotel o alojamiento te pueden ayudar a organizar esto.
- Bucea con mantarrayas y tiburones ballena en la bahía de Hanifaru, una reserva de la biosfera de la UNESCO.
- Haz snorkel en un arrecife de coral para ver tortugas, tiburones e increíbles peces tropicales.
