Cómo la falta sistémica de legislación en Rusia deja desprotegidas a las niñas y mujeres de la violencia doméstica
Activistas y defensores de los derechos humanos llevan años haciendo campaña a favor de una ley que penalice la violencia doméstica en Rusia. Sin embargo, la situación sigue siendo una de las peores de Europa. En la última década, se estima que el 65 % de todas las mujeres asesinadas en Rusia murieron a manos de una pareja o un pariente. Y más del 80 % de las mujeres condenadas por asesinato que están en las cárceles rusas fue por haberse defendido de su agresor en situaciones de violencia doméstica.
Desde la década de los 90 se han redactado varias leyes. El último proyecto de este tipo ley, elaborado en 2019, nunca fue considerado por la Duma Estatal, la cámara baja del parlamento de Rusia. Antes de 2017, el Código Penal ruso incluía un artículo sobre agresión doméstica, pero luego se modificó y reclasificó las agresiones sin antecedentes penales como «delitos administrativos».
Según la última encuesta independiente, el 75 % de los rusos está a favor de una legislación. Sin embargo, quienes se oponen —incluidos altos funcionarios públicos y representantes de la Iglesia ortodoxa— argumentan que tal ley permitiría una injerencia en la vida familiar que es «incompatible con la institución de la familia y con los valores familiares, morales y espirituales tradicionales».
Por otro lado, las organizaciones que brindan apoyo práctico y psicológico a las mujeres en Rusia son escasas. Hay 14 en Moscú y 25 en San Petersburgo, pero la mayoría son organizaciones privadas o religiosas con financiación incierta. En algunas regiones son inexistentes.
A mediados de diciembre de 2021, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) examinó una serie de casos de violencia doméstica en Rusia de gran notoriedad. Emitió una sentencia piloto destacando problemas sistémicos en la legislación nacional rusa y ordenó a las autoridades que tomaran medidas urgentes para rectificar la situación. Uno de ellos fue el impactante caso de Margarita Gracheva, cuyo esposo le cortó las manos. El oficial de policía con el que había hablado poco antes de que ocurriera el crimen, había ignorado su denuncia.
Como explica la abogada de Margarita Gracheva, Valentina Frolova, el hecho de que el TEDH haya dictado esta sentencia no significa, necesariamente, que vaya a haber un cambio. Según ella, Rusia es el único país que queda en el Consejo de Europa sin una ley contra la violencia doméstica y uno de los pocos que no ha ratificado el Convenio de Estambul para combatir la violencia doméstica.
«Una decisión de un organismo internacional no puede rectificar por sí sola la situación», continúa Frolova. «Es el gobierno ruso el que debe tomar las acciones necesarias porque, si bien el TEDH se refiere específicamente a las medidas que deben tomarse para proteger a las víctimas, este (complejo) problema no se resolverá de la noche a la mañana. Por ejemplo, Moldavia e Italia han aprobado la legislación pertinente, pero se siguen presentando denuncias en su contra ante el TEDH, y también hay problemas con la protección de las víctimas de la violencia doméstica en esos países. Obtener resultados a nivel de sistema requiere tiempo y esfuerzo. Se debe capacitar a los empleados de los organismos gubernamentales, la policía, los tribunales y los servicios sociales».
Durante muchos años, los activistas rusos han realizado campañas para llamar la atención sobre el problema. En 2019, se realizó una movilización tipo flashmob en las redes sociales con el hashtag #янехотелаумирать, que significa «no quería morir» en ruso. La gente lo usaba para relatar historias de mujeres que habían muerto o habían sido víctimas de violencia doméstica.
Las hermanas Khachaturyan, que mataron a su padre porque presuntamente había abusado de ellas durante varios años, recibieron un gran apoyo público. Sus abogados defensores afirman que el asesinato fue en defensa propia y que la existencia de un sistema de protección de víctimas de violencia doméstica habría evitado la tragedia.
Más recientemente, en octubre de 2021, la presidenta del Consejo de la Federación, Valentina Matvienko, anunció que se presentaría un proyecto de ley sobre violencia doméstica ante la Duma Estatal en la sesión de otoño de 2021. Al final esto nunca sucedió, pero la lucha por implementar protecciones jurídicas de trascendencia para las mujeres y las niñas en Rusia continúa.
Maria Koltsova es una periodista rusa radicada en Moscú especializada en derechos humanos.
