ARTXV: el primer colectivo de NFT para artistas neurodivergentes
Ava Halvai es una hermana sobreprotectora. Durante el confinamiento del año pasado, la estudiante de informática británico-iraní decidió ayudar a Tara —su hermana autista y no verbal— a entrar en el mundo del arte. El resultado inspiró algo extraordinario: el lanzamiento de ARTXV, el primer colectivo de NFT (un activo virtual completamente único) para artistas neurodivergentes, que defiende la inclusión y la neurodiversidad.
«Tara realmente no puede defenderse por sí misma», explica Halvai. «Cuando lo intenté, la reacción fue que a la gente le encantaba el arte, pero daban un paso atrás cuando descubrían que era autista. Yo me propuse cambiar eso». Esos fueron los inicios de ARTXV, que comenzó como una simple página de Instagram y que ahora promueve a 16 artistas neurodivergentes. «Todos tenían exactamente la misma experiencia que mi hermana. Creo que la gente se sorprendería de lo conservador y arcaico que es realmente el mundo del arte».
El aspecto NFT del colectivo significa que es democrático e inclusivo. «Te da la posibilidad de simplemente conectarte en línea y establecer contactos. No tienes que irrumpir en los círculos elitistas del mundo del arte de maneras que, a menudo, son imposibles de lograr para las personas neurodivergentes», señala. «Los NFT son una especie de contracultura, en la que se rechazan estos viejos sistemas». El primer «lanzamiento» del colectivo ocurrió el mes pasado, y Halvai también estableció una asociación con Google Arts and Culture, convirtiéndose en el primer colectivo de arte de este tipo en hacerlo.
Sin embargo, las ambiciones de Halvai van más allá de los NFT. Su deseo es crear espacios de estudio neurodiversos para sus artistas y abrir el mundo de las bellas artes a la posibilidad y la credibilidad de los artistas neurodivergentes. Cuando Halvai estableció inicialmente su colectivo, le dijeron que lo convirtiera en una organización benéfica. Pero ella rechazó la premisa. «La neurodivergencia es poder y, en general, es incomprendida», afirma. «No son personas que necesitan caridad. Son artistas que necesitan que el mundo conozca su arte».
Marie-Claire Chappet es una periodista de arte y cultura residente en Londres y editora colaboradora en Harper’s Bazaar.
