Algo para reflexionar: David Chang nos hace pensar sobre cómo comemos

Reinventar la rueda no era necesariamente uno de los objetivos de David Chang cuando lanzó su serie documental The Next Thing You Eat en octubre del año pasado. En cambio, el fundador de Momofuku y evangelista de la carne, nos imploró que «recalibráramos» nuestra actitud hacia los alimentos que comemos. A lo largo de los seis episodios de su (ocasionalmente estremecedora) exploración del futuro de la comida, aparece una sensación de cambio en el horizonte: desde parrillerías que usan robots y automatización para cocinar el «filete perfecto», hasta consumidores modernos que buscan formas de alimentarse menos dañinas para el medioambiente.

Puede que ni siquiera lo sepas, pero el «futuro» de la comida ya está en el presente, nacido de la innovación y la necesidad. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que el ganado es responsable del 65 % de las emisiones del sector ganadero. También es devastador en términos de la cantidad de tierra y agua que devora. En su lugar, la «carne cultivada» —una forma más sofisticada de referirse al pollo, bistec o salmón cultivados en laboratorio— ya se está creando a partir de células animales, sin causarles ningún daño. Chang incluso reflexiona acerca de si uno puede identificarse como vegano si come pollo cultivado, que no contiene ni huesos, ni sangre, ni piel. Esto representa un dilema ético y ambiental. El documental es alarmante, sobre todo por el hecho de que estas innovaciones son tan necesarias como exitosas. También hay un sentido de urgencia; a medida que los océanos se vuelven cada vez más desolados y tóxicos, la idea misma de pedir y comer sushi parece insostenible. También lo es el sacrificio industrializado de animales. Aproximadamente nueve mil millones de pollos criados en granjas industriales son sacrificados en los Estados Unidos cada año, a pesar de que probablemente ya todos conocemos los problemas que esto genera (condiciones terribles de trabajo en los mataderos, el maltrato de animales y la deforestación industrial, que es responsable de la emisión de cientos de millones de toneladas de gases de efecto invernadero cada año). Entonces, la carne cultivada en laboratorio podría ser una forma de garantizar que las personas no tengan que alterar radicalmente su estilo de vida para hacer el bien. Si parece carne y sabe a carne, ¡podría ser lo suficientemente buena! Muchos han pensado que el veganismo por sí solo podría ayudar. Sin embargo, frustrantemente, la devoción por las frutas y las verduras también resultaría perjudicial para el medioambiente. Un estudio de la Universidad de Manchester encontró que las frutas y verduras transportadas por aire tienen cinco veces más impacto en el medioambiente que las de cosecha nacional. ¿La conclusión? Compra localmente y come alimentos de temporada. Los siguientes son otros pequeños cambios que podemos hacer para asegurarnos de que nuestra relación con la comida no tenga un impacto negativo en el planeta.

• Comparte tus sobras y las de otras personas. Mi newsletter sobre alimentación llamada Scraps es una oda a todas las cosas que puedes hacer con las sobras de ayer. Olio es un recurso a nivel local para conseguir alimentos en tu comunidad (con cinco millones de usuarios en 49 países), mientras que la aplicación Karma (disponible en Londres y Brighton en el Reino Unido, así como en toda Europa) permite a los usuarios rescatar alimentos de restaurantes, panaderías, cafés locales, e incluso mayoristas, que de otro modo estarían destinados a la basura.
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• Escucha y aprende. Podcasts como Big Ideas Into Action y Zero Waste Kode exploran los temas relacionados con el desperdicio de alimentos y su impacto ambiental.

Chris Mandle es un escritor y editor radicado en el sur de Londres. Actualmente trabaja como redactor en The Strategist de la revista New York Magazine, y escribe la newsletter sobre alimentación Scraps en Subtack.